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Pautas de la IFLA para bibliotecas al servicio de pacientes de hospital, ancianos y discapacitados en centros de atención de larga duración

"En el transcurso de su investigación preliminar, el grupo de trabajo se sorprendió al ver cómo el concepto de biblioteca hospitalaria difiere tanto en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, descubrió que, en algunos países el término 'biblioteca de hospital' casi siempre significaba una biblioteca biomédica/de ciencias de la salud, mientras que, en otros, normalmente significaba una biblioteca que proporcionaba materiales de lectura de ocio para los pacientes. En otros países, el término "biblioteca de hospital" puede significar tanto una biblioteca biomédica o de ciencias de la salud como una biblioteca para pacientes, y esta última proporciona colecciones de lectura de ocio o materiales de información sanitaria o ambas cosas. Por lo tanto, reconociendo la ambigüedad del término, estas directrices han tratado de evitar su uso. No fue posible hacerlo en algunos casos, por ejemplo, al relatar la historia de las bibliotecas para pacientes. Por lo tanto, el lector debe ser consciente de que cuando se utiliza el término "biblioteca de hospital", se trata de una biblioteca para pacientes, que ofrece habitualmente colecciones de lectura de ocio, a menudo en combinación con materiales de información sanitaria. 

 

Justificación 

Antes de elaborar estas directrices, el grupo de trabajo debatió ampliamente sobre lo que consideraba que serían los cambios universales en el carácter tradicional de las bibliotecas de pacientes y los correspondientes problemas para intentar identificarlos y plasmarlos en una nueva publicación. Una de las principales preocupaciones era cómo las tendencias, casi globales, en el campo de la asistencia sanitaria - por ejemplo, los intentos de acortar la duración de las estancias en los hospitales y los entornos hospitalarios con restricciones fiscales - podrían haber afectado a estas bibliotecas y cómo (y sí) las bibliotecas habían sido capaces de adaptarse. Sin embargo, tras su investigación de campo, el grupo de trabajo se dio cuenta de que, aunque el clima de las bibliotecas de pacientes -las bases de usuarios, los recursos, las restricciones y las oportunidades- estaba cambiando en muchos casos, las misiones permanecían fijas, es decir, en apoyo del cuidado de los pacientes, las bibliotecas seguían tratando de proporcionar una gama de materiales bibliotecarios lo más amplia posible. 

 

Con esto en mente, el grupo de trabajo procedió con esta publicación. Al hacerlo, reconoció que, además de proporcionar orientación, las directrices actuales también funcionarían como un documento descriptivo del campo y de apoyo a los profesionales del campo. Como tal, el grupo creía que, en última instancia, resultarían útiles, no sólo para los que ya prestan servicios bibliotecarios a los pacientes de los hospitales, a los ancianos y a los discapacitados, sino también para los que pretenden iniciar, justificar o ampliar dichos servicios".