"La planificación de exposiciones para atraer a grupos marginados, es decir, personas de color, discapacitados y pobres, ha sido, durante mucho tiempo, el objetivo de las organizaciones afiliadas a la ASTC. Está claro que, en esta época de reducción de la financiación local y nacional, atraer a nuevos públicos es una habilidad de supervivencia para muchas instituciones. ¿Cómo podemos conectar con las comunidades marginadas, no sólo como clientes, sino como socios? 

La exposición ocasional, que destaca a los científicos de un grupo étnico o las contribuciones de las mujeres científicas, no es suficiente para mantener el interés y la lealtad de las poblaciones diversas o de las adolescentes como miembros de la organización. Las personas con discapacidades y las que hablan inglés como segunda o tercera lengua necesitarán algo más que una señalización para experimentar y disfrutar plenamente del aprendizaje y la diversión que ofrecen las instituciones de la ASTC. ¿Cómo podemos incorporar la inclusión en cada programa, clase, exposición y medio? También, está la cuestión de la insensibilidad cultural, de capacidad y de género en las exposiciones: ¿cómo evitar que se nos pase por alto? 

Aunque la mayoría de los centros no tienen colecciones permanentes, los que sí las tienen se enfrentan a enormes retos a la hora de abordar temas de diversidad. La cuestión principal sigue siendo: ¿a quién pertenecen las colecciones? Los pueblos indígenas de todo el mundo se enfrentan a los museos por la devolución de las colecciones y su uso para ritos religiosos. 

¿Cómo sabremos que hemos conseguido superar las diferencias raciales, culturales, de género y de capacidades? ¿Qué tipos de evaluación nos dirán lo eficaces que han sido nuestros esfuerzos de exposición y programación?".